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La sentida desaparición del ex campeón rosarino Manuel López de Calatayud (19/9/1911-1996) tiene un significado especial para el ajedrez de la ciudad. Con él termina una generación que le otorgó a Rosario un toque distinguido, esa que nació en el viejo Gimnasia y Esgrima y tuvo su gran esplendor en los años 30 y 40. Allí brillaban José María Cristiá, los hermanos García Vera y Juan Vinuesa.

Hombre de trato cordial, fue un estudioso entusiasta de aquellas épocas en las que el tiempo se podía dividir entre el trabajo y el desarrollo de una actividad gratificante. No existía la abundante y a veces excesiva información actual, muchas veces procesada con cierta ligereza. Pero sí había libros de gran jerarquía que, al estar estructurados en el marco de un pensamiento coherente, tienen un claro significado siempre que se estudien profundamente. Calatayud, un amateur, le dedicó muchos años al Club Rosarino de Ajedrez, del que fue campeón varias temporadas.

"La Capital", 19 de mayo de 1996

© Carlos Canoba