Tribuna, jueves, 7 de enero de 1954
Presidente.
La comisión directiva del Club Rosarino de Ajedrez trabaja con singular empeño para llevar adelante a la institución.
Preside sus destinos el señor Carlos A. Pesenti, cuyos afanes y desvelos son ampliamente reconocidos.
Alborea el año 1934 —2 de enero— cuando un grupo de aficionados deciden agruparse para poder, de esa manera, dar mayor impulso a lo que constituye su mayor devoción. Y ese mismo día, sin muchos preámbulos, surgió a la vida deportiva el Club Rosarino de Ajedrez. Apostados hoy en el linde que señala el cumplimiento de los 20 años, dirigimos una mirada hacia el pasado para reconstruir, aunque sea fragmentariamente, su vida coronada de continuos éxitos.
Antes de narrar, aunque sea en forma somera, algunos de los principales acontecimientos de la entidad, diremos que es un caso singular entre todas sus similares, pues no conocemos otra institución que con la única y exclusiva práctica del juego-ciencia haya llegado a la altura que el Club Rosarino de Ajedrez ha alcanzado.
Ya en sus primeros tiempos se caracterizó por su fisonomía propia al brindar un hálito renovador en nuestro ambiente, promoviendo la aparición de nuevas figuras. Es así que en 1935, al año de su fundación, consigue el primer puesto en el torneo organizado por la Delegación Santafesina de Ajedrez de la Zona Sur, delante de otros conjuntos integrados por elementos avezados y de larga experiencia.
Siempre fue una preocupación especial de sus dirigentes la enseñanza y, desde luego, emprendió la búsqueda de nuevos valores. En los tiempos iniciales, lógicamente, no podían ser ellos un producto neto del club, porque, y es justo que nos detengamos en ello, un ajedrecista de primera fuerza es obra de muchos años de dedicación, estudios y sacrificios. No obstante, entre los que en la entidad completaron su formación citaremos —de la primera época— a Manuel López de Calatayud, que luego de 20 años de tablero sigue ostentando un lugar de privilegio, Giustina, Parody, Ponari, Pérez Hernández, Oliva, De Munno, Berdichevsky, Morera y Desinano. Posteriormente, y ya como figuras de promoción absolutamente propia, están los hermanos Muntaabski, Ciro Sánchez [José Ciro Sánchez (18/10/1919-24/12/2003)], Zgarbik, Professione y Romero, malogrado en plena juventud.
Así llegamos al momento actual, en que un joven que arribara a la institución con sus tímidos 11 años, alcanza, luego de desarrollar íntegramente su vida deportiva en ella, el título de campeón rosarino al derrotar en forma amplia a un valor de la talla de Romeo García Vera, título que acaba de revalidar en San Carlos de Bariloche al clasificarse segundo —sin haber perdido ninguna partida— a sólo medio punto del maestro austríaco Erich Eliskases, superando a elementos de singular valía. Hemos hablado de José Mario Steinberg, que cuenta apenas 21 años y que se ha constituido en uno de los mejores ajedrecistas de nuestro país.
Por una de esas curiosas circunstancias que depara el ajedrez, el mes próximo Steinberg defenderá su título frente a Arturo Peláez, que, junto con su primo Fernando Peláez, llegaran al club hace más de una década y después de progresar al unísono se clasificaran en primera categoría. Son, pues, dos valores de la entidad los que van a disputar el máximo galardón de este noble deporte en nuestra ciudad.
Campeón. Éste es Manuel López de Calatayud, que ostenta el título de campeón del Club Rosarino de Ajedrez. Llegó a la entidad hace más de 20 años y sigue siendo un valor de primera línea.
Entre las futuras estrellas del club figuran G. Bosch, que con sus 17 años se colocó en primer plano del “ranking” local; L. Salvatore, vencedor del último torneo de selección y dos veces representante de Santa Fe en el concurso nacional para menores de 20 años; Canoba y Cisneros, el primero de ellos también representante de nuestra provincia en el último certamen citado.
Como trasunto de la calidad que impera en sus filas, daremos los nombres de sus campeones: Félix Ferreyra, doctor Francisco Ponari, Oreste Giustina, Jacinto Longobuco, Miguel Ángel Romero, Dr. Miguel Ángel Rivas y el actual, Manuel López de Calatayud. El doctor Rivas es un fuerte aficionado de Entre Ríos que se radicó entre nosotros durante sus estudios de medicina y que ahora, en Paraná, se ha clasificado campeón de su provincia al vencer por sugestiva coincidencia al ex jugador rosarino Ciro Sánchez.
En el orden material un gran impulso se dio en el año 1944 al trasladarse al local de calle Mitre 913. La gran amplitud para su medio de sus seis salas y su “hall” lo hacen un lugar ideal para quienes han caído bajo el embrujo de la diosa Caissa.
Su biblioteca es una de las mejores dotadas del país y en tal sentido queremos dejar constancia que en Rosario el doctor Cristiá, ex jugador de gran fama, ha constituido uno de los acervos bibliográficos más importantes del mundo, según la palabra autorizada de críticos europeos. En ella todos los aficionados hallan material para disfrutar de los beneficios del juego-ciencia.
Es así que, luego de continuada lucha, el Club Rosarino de Ajedrez puede ostentar sin desmedro el cetro del juego en nuestra ciudad, constituyendo un motivo de legítimo orgullo para la entidad, cuyo potencial puede exhibir ante la República entera diciendo que en Rosario todos son hijos de su propio esfuerzo.