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Los comentarios de Carlos Canoba

VARIANTE DEL CAMBIO

En el ajedrez, al igual que en cualquier actividad que involucre la toma de decisiones, como en el arte militar, en las ciencias fácticas u otros casos en los que se plantean problemas o situaciones conflictivas, luego de hacer la correspondiente evaluación, durante la planificación de la solución cabe distinguir entre lo que se entiende por Estrategia y Táctica.

En rigor, existe una estrecha relación entre ambos conceptos, aunque se puede considerar que la estrategia concierne a la determinación de objetivos y a los planes para alcanzarlos. La táctica, por su lado, corresponde a la faz operativa, en cuanto a las distintas maneras de ejecutar las maniobras destinadas a cumplir con el plan elaborado.

Como bien sintetiza el ex campeón mundial Max Euwe, la estrategia es abstracta, mientras que la táctica es concreta. En la primera, luego de evaluar la situación, se piensa, se reflexiona apoyándose en los principios estratégicos conocidos e incluso se imaginan posibilidades; en la táctica se consideran los aspectos dinámicos relacionados con piezas y peones y fundamentalmente "se calcula".

Sin embargo, en situaciones reales de la partida viva existen zonas grises, cuando se evalúa con criterio estratégico–táctico, atento a que ambos aspectos son simultáneamente vías de aproximación a la posible solución del problema planteado.

Para aclarar esta idea se estima que un valioso ejemplo surge de la novena partida del encuentro de 1960 por el título mundial, entre el notable estratega Mijaíl Botvínnik y el imaginativo e insuperable táctico Mijaíl Tal. Los comentarios del joven letón y desafiante de aquel entonces referidos a una posición compleja y en equilibrio dinámico tras la 19ª jugada son muy significativos para estudiar el pensamiento de los ajedrecistas. Dice Tal:

"En el curso de una partida de ajedrez los adversarios desarrollan sus ideas en forma completamente diferente. Muchos ajedrecistas (en especial los de la joven generación) durante una partida de cinco horas estudiarán los cálculos básicos y su labor consistirá aproximadamente en "si yo hago esto, él hará aquello" en tanto la posición lo justifique. Los jugadores más experimentados que estudian los secretos del arte con mayor profundidad frecuentemente no se ocupan de tan fatigosas cuestiones y planifican su juego posterior en conformidad a principios básicos inquebrantables (en la mayoría de los casos).

Para ilustrar este proceso me gustaría reproducir el diálogo que sostuve con Botvinnik al acabar esta partida. Cuando me puse a exponerle, al ritmo de una ametralladora, las innumerables variantes que había considerado durante la partida y que tendían a demostrar la cómoda posición de las negras, Botvínnik me contestó:

«Pues yo, hasta aquí, consideraba la posición como favorable para las blancas... Pero luego encontré el plan correcto a seguir: había que cambiar las torres y conservar las damas». Al principio semejante valoración me pareció excesivamente abstracta. Pero cuando me puse a examinar aquella multitud de variantes, finalmente tuve que reconocer que Botvínnik estaba en lo cierto. Si se cambiaban las damas, gracias a la colaboración de un alfil muy activo, la sólida formación de peones en el flanco dama hubiese dado a las blancas un final con una definitiva ventaja. En cambio, estando presentes las damas, las negras tendrían la posibilidad de organizar un fuerte ataque basado en la debilidad de la casilla g4."

Cabe pues señalar que ambos evaluaron correctamente la situación: Botvínnik, apoyándose en la estrategia (conservar las damas); Tal, sustentándose en la táctica (cálculo de innumerables variantes).

Posición tras 19...Te7.

Estrategia y táctica, se reitera, están íntimamente ligadas en el desarrollo de una partida, pero para vencer es indispensable calcular y operar con precisión. Es lo mismo que decir tener buen dominio de la táctica para no cometer errores que conduzcan a la derrota, porque del yerro estratégico tal vez haya recuperación, pero para el error táctico no suele haber salvación.

Luego de este conveniente introito, se prestará debida atención al tema convocante, que es la denominada Variante del Cambio en el Gambito de Dama declinado.

El principio estratégico de esta variante se apoya más en elementos estructurales y de carácter permanente, aunque los aspectos transitorios también influyen.

Se desea llegar a la estructura de peones indicada en el diagrama. Al igual que en otras variantes de cambio de los peones centrales, como ocurre en la defensa Francesa o en la Caro–Kann, la esencia estratégica es liberar la tensión para asegurar el centro blanco y el peón d4 en particular. Así las blancas pueden dedicarse a movilizar sus piezas sin temor a que las negras agredan lateralmente al peón d4, so pena de quedarse con una estructura de peones más comprometida, como ser su peón d5 aislado o eventualmente con peones colgantes.

Antecedentes de esta variante existen desde fines del siglo XIX y comienzos del XX. Pillsbury fue pionero en aplicar esta idea y Steinitz la jugó contra Lee en Londres 1899. Se puso de moda cuando Capablanca la utilizó frente a Alekhine en el largo y famoso match que ambos sostuvieron por el campeonato del mundo en 1927 en la ciudad de Buenos Aires. En la 25ª partida el gran cubano realizó una maniobra destinada a presionar el flanco dama negro, aprovechando la debilidad de las casillas oscuras y la superioridad de las fuerzas blancas en ese sector. Surgió así la posibilidad de ejecutar un ataque de peones, destinado fundamentalmente a crear la debilidad que constituye un peón negro retrasado en la casilla c6, cosa que Capablanca desechó ejecutar en esa oportunidad.

A esa maniobra de avance de peones se la denominó en la década del 20 Ataque de las Minorías y así se incorporó a la estrategia ajedrecística.

Conviene desarrollar la partida entre estos genios del tablero, ya que el estudio de cómo maniobraron es altamente recomendable para la mejor comprensión de este planteo.

Capablanca - Alekhine

25ª del match por el campeonato del mundo

Buenos Aires 1927

Sintetizando, el denominado Ataque de las Minorías tiene como fundamento el avance, en el flanco dama en este caso, de una minoría de peones contra una mayoría adversaria para crear un peón débil aislado o retrasado en una columna semiabierta. Así se tiene un punto débil concreto que permite focalizar el ataque para capturarlo y que obliga a la defensa del negro; posteriormente, teniendo además ventaja de espacio y mayor movilidad de sus piezas, se pueden iniciar maniobras de ataque en el flanco rey. Las acciones directas o diversificadas le otorgan así ventaja al blanco. El negro debe reaccionar apoyándose en el control de la casilla e4 y contraatacando sobre el enroque blanco.

El diagrama que sigue es ilustrativo al respecto:

Situación luego de 16...g5!

Bogoljubow - Rubinstein

San Remo 1930

Las negras contraatacan. 16...g5! es la jugada responsable en el sentido que le daba Alekhine; toma la decisión que la posición requiere, aunque arriesga y se compromete, ya que no hay retorno.

Sin embargo, lo que sería el plan ideal de llegar con su peón f hasta f4 suele ser una utopía desde el punto de vista práctico.

Aquí tienen un peso significativo, como ocurre siempre, los elementos dinámicos transitorios del juego de piezas, que deben integrarse con los elementos estructurales.

"¿Quién llega primero en el ataque?" es la cuestión.

Otro hito de interés ocurrió cuando confrontaron dos jóvenes grandes maestros, en ese entonces aspirantes a la corona que ostentaba Alekhine. En este planteo el conductor de las blancas, Salo Flohr, lleva a cabo el plan estratégico con total precisión, exhibiendo a la vez una llamativa frialdad para eliminar cualquier posibilidad de contraataque enemigo.

Flohr - Euwe

Amsterdam/Carlsbad 1932

1ª del match

Aunque con menor frecuencia, el ataque de las negras sobre el enroque suele fructificar. Para los que gusten investigar, partidas de los años 40 y 50 de los GM argentinos Carlos Guimard y Héctor Rossetto muestran la creatividad táctica que ambos tenían para conducir el contraataque negro.

Para mostrar el tratamiento de la lucha en el Ataque de las Minorías por parte de maestros soviéticos veinte años después, se ha elegido la siguiente partida, desarrollada en un torneo donde también participó Flohr.

Geller - Novotelnov

XIX campeonato soviético

Moscú 1951

El espíritu agresivo del joven Geller pudo más que las consideraciones estratégicas que le hubieran permitido acceder a un final muy ventajoso cambiando las damas.

Para la mejor comprensión de la técnica que las blancas pueden desarrollar en el Ataque de las Minorías, es conveniente considerar una ejecución sencilla y didáctica del recientemente desaparecido GM argentino Gerardo Fabián Barbero. En ella se evidencia cómo la debilidad temática de c6 ata a las figuras negras y el consecuente rol pasivo les impide acudir a otros sectores del tablero, donde se producen las irrupciones que definen la batalla.

Barbero - Negulescu

Copa Europea 1989

Sin embargo, los aspectos técnicos, en manos de los grandes campeones, siempre tienen versiones renovadas. Esta partida de uno de los últimos campeonatos soviéticos así lo confirma.

Kárpov - Jaritonov

LV campeonato soviético

Moscú 1988

Ahora es interesante considerar cómo pueden operar las negras para oponerse al ataque minoritario, por lo que corresponde ver un juego exitoso para el bando negro, con facetas algo diferentes en las tácticas empleadas. Tal vez se podría preguntar: ¿la táctica superó a la estrategia? La cuestión queda reservada a la opinión de cada lector.

Kárpov - Beliavski

Tilburg 1986

Es conveniente ahora dejar la alternativa estratégica y táctica que ofrecía el ataque minoritario para considerar otras opciones con ejemplos tomados de la praxis de los campeones del mundo.

Kaspárov - Andersson

Belfast 1988

Finalmente un ejemplo con un tratamiento novedoso frente a uno de los expertos actuales en la defensa Ortodoxa, el GM británico Nigel Short.

Nogueiras - Short

Belfort 1988

Los ajedrecistas aficionados suelen considerar, en general, que las líneas de aperturas que eliminan prematuramente la tensión central de peones son áridas, que quizás ofrecen pocas oportunidades de juego táctico o, incluso, que pueden conducir a las tablas con facilidad. Naturalmente que no es así y ambos bandos deben desplegar sus figuras con mucha precisión para no ceder al adversario una iniciativa perdurable.

La Variante del Cambio en el Gambito de Dama Rehusado muestra, a través de las partidas ofrecidas, que la anterior aseveración es muy discutible. Existe un rico campo estratégico-táctico que obviamente podrá ampliarse con nuevas concepciones que surjan de la praxis magistral de la presente generación y por qué no de las futuras.


Al revisar las partidas temáticas de esta variante, apareció un excelente ejemplo en el torneo de Candidatos de Zúrich 1953. Mejor aún si está comentada por el notable David Bronstein; dada la claridad conceptual y la precisión que exhiben sus notas, no se resiste la tentación de transcribirla en su totalidad.

Smyslov - Averbaj

Torneo de Candidatos

Zúrich 1953

Por último, un par de ejemplos que ilustran las posibilidades tácticas del juego negro:

Taimánov - Nezhmetdinov

XXI campeonato soviético

Kiev 1954

Füster - Simaguin

Match Budapest-Moscú

Budapest 1949


© Carlos Canoba